En el universo de las bodas, hay experiencias que van mucho más allá se solo elegir proveedores, se trata de crear memorias y dar forma a uno de los días más importantes de la historia de amor. Así surgió The Bridal Brunch, un proyecto que comenzó hace diez años con la idea de reunir a novias y proveedores en un formato mucho más cercano y humano. Lo que empezó como un encuentro pequeño fue evolucionando hasta convertirse en una cita esperada dentro del calendario nupcial, gracias al trabajo de sus fundadoras —mujeres que han estado inmersas en el mundo de las bodas, como wedding planners y creativas— que detectaron la importancia de darles a las parejas un espacio íntimo para descubrir todo lo que necesitan para su gran día.
Desde su origen, la intención fue clara: que cada persona que asistiera pudiera hablar de frente con los proveedores, resolver dudas, generar confianza y empezar a construir la boda de sus sueños sin el ruido ni el caos de una feria masiva. Creando un espacio boutique en el que las parejas podrán acercarse de manera auténtica a profesionales que harán posible su gran día.
“Al final del día no es una expo inmensa donde hay miles de proveedores y te llenan de folletos, sino una expo boutique en donde puedes sentarte con calma, desayunar con tu pareja y realmente conectar con quienes harán tu boda posible”, así lo comentó Jimena Palomo, co fundadora de The Bridal Brunch.
Este 27 de septiembre en el hotel St. Regis, The Bridal Brunch celebra su onceava edición como parte del festejo de su décimo aniversario. El formato permanece fiel a su esencia: un brunch exclusivo al que se accede solo por invitación, diseñado para consentir a las parejas y rodearlas de inspiración. Aquí se pueden conocer desde joyeros que personalizan argollas hasta planners, floristas, diseñadores de vestidos, fotógrafos, músicos, banqueteras y hasta destinos de luna de miel. Todo bajo un mismo techo, pero con un ambiente relajado y cuidado al detalle.
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Lo que distingue a este brunch no es solo la selección de proveedores de gama media y alta, reconocidos por su calidad y profesionalismo, sino la experiencia que cada pareja se lleva consigo. No es raro ver novias y novios que salen con contratos cerrados, promociones especiales o descuentos exclusivos que difícilmente encontrarían en otro espacio. Pero más allá de lo tangible, lo que queda es la sensación de haber compartido un momento significativo, de haberse tomado una pausa para planear con calma y celebrar su historia de amor.
Además, hay sorpresas que hacen de la jornada algo aún más especial: happenings, rifas y pequeños detalles pensados para consentir a quienes asisten.
“Las parejas salen con este sentimiento de gratitud de: ‘me consintieron, desayuné rico, conocí gente, avancé en la planeación de mi boda y además me llevo regalos’. Es una experiencia completa”, compartió Jimena.
En tiempos en los que las bodas buscan ser cada vez más auténticas y personales, The Bridal Brunch se ha consolidado como el espacio ideal para que las parejas encuentren a sus aliados, construyan comunidad y, sobre todo, vivan un día inolvidable antes del día más importante de sus vidas.
