London Fashion Week

La semana de la moda de Londres es una de las más esperadas en cada una de sus ediciones, no solo por la versatilidad que aporta a la industria, sino porque destaca por ser un evento que aporta energía y dinamismo al calendario de la moda, marcando la pauta para lo que se verá en próximos eventos de renombre y alfombras roja. 

“La London Fashion Week se destaca porque los desfiles aquí son emoción, anticipación, colecciones inesperadas, nuevas perspectivas. Todo lo que la industria de la moda necesita: los mejores y más brillantes momentos creativos son siempre los que no se pueden predecir”, así lo comentó Caroline Rush, directoria ejecutiva del British Fashion Council a Vogue en una entrevista sobre el evento. 

Sin embargo, en esta ocasión, el evento sufrió algunos cambios inesperados como resultado de las transformaciones que está sobrellevando la industria —el primero de ellos fue el vacío de nueve días que quedó entre el término de Nueva York y el inicio de Londres— a eso se sumó que algunos de los diseñadores más esperados en el programa, optaron por retirar su participación. Tal fue el caso de Patrick McDowell (quién en su lugar hizo una íntima cena para su presentación de la mano don la empresa Ecovative) a quien se le sumaron Aaron Esh, 16Arlington, entre otras. Bobby Abley, Marques Almedia y Carlota Barrera, también se retiraron de la LFW. 

Asimismo, firmas como Masha Popova, Karoline Vitto y Derrick se presentaron solo en formato digital y otras tantas han decidido solo participar en una pasarela de forma anual. Todo como resultado de los retos a los que se enfrenta la industria, la enorme inversión económica que representa una pasarela e incluso, la responsabilidad social que pretenden incluir en este tipo de presentaciones. 

Algunas de las presentaciones que destacaron, robándose los reflectores de esta edición de la London Fashion Week fueron: 

Richard Quinn 

El diseñador inglés es siempre una apuesta por lo atrevido y lo emotivo. Para la presentación de su colección Ready-to-Wear otoño/invierno 2025, Quinn trajo el romance del invierno londinense a la pasarela transformándola en una calle nevada que evocaba la magia del invierno. 

En su colección, el diseñador reinventó el esplendor del viejo Hollywood, donde la nostalgia y la audacia convergen en un ballet de siluetas impecables. Las modelos, que salieron a través de una puerta de una casa georgiana de época desfilaron cinturas ceñidas que esculpian la feminidad con precisión, cintas etéreas y faldas tulipan que flotaban con la gracia de una estrella de cine. 

Richard Quinn reinventa el esplendor del viejo Hollywood con su colección Otoño-Invierno 2025, donde la nostalgia y la audacia convergen en un ballet de siluetas impecables. En casa uno de sus diseños, resonaba el eco de antaño, evocando la elegancia de Audrey Hepburn en cada escote redondeado. Pero Quinn no se detuvo en la reverencia al pasado: un vestido de cadena metálica, completamente transparente y salpicado de intrincados lazos, rompió con la dulzura nostálgica inyectando la dosis perfecta de modernidad y sofisticación. Su colección fue una oda al glamour reinventado, donde los brillos y la lentejuela no fueron solo un detalle, sino un manifiesto de sofisticación. 

Paul Costelloe 

El diseñador irlandés, conocido por haber sido designado como diseñador personal de la princesa Diana en 1983, demostró una vez más por qué se ha ganado un lugar en la industria de la moda como uno de los grandes referentes en las pasarelas. 

En esta ocasión, Costelloe, hizo un guiño al pasado, inspirándose en aquellos looks que usaba Diana durante sus apariciones en las carreras. Combinando la elegancia del legado equestre, con la modernidad necesaria para hacer de ésta, una de las colecciones más relevantes de la London Fashion Week. 

Paul Costelloe llevó la esencia de la equitación a la pasarela con una colección que capturó la energía, el volumen y la elegancia de este pasatiempo de élite. Sus creaciones destilaron un glamour campestre sofisticado, donde la suntuosidad de la lana se mezcló con el dramatismo de los años ochenta: presente en los cinturones anchos y hombros estructurados. 

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Abrigos con plumas, minifaldas con volantes y vestidos de noche adornados con estampados florales otoñales evocaron la fusión perfecta entre la destreza ecuestre y la feminidad contemporánea. El juego de texturas —del plumeti etéreo a la gamuza suave— añadió capas de profundidad a la narrativa visual. Como un guiño nostálgico y audaz, imágenes antiguas de doma y saltos ecuestres quedaron plasmadas en minivestidos y piezas de gala, consolidando la visión de Costelloe: una oda a la tradición aristocrática, reinterpretada con un espíritu moderno y libre.

S. S. Daley  

S. S. Daley, quien fue una adición al programa de último momento, demostró que Londres era la pasarela perfecta para la presentación de su segunda colección de mujer. La firma —en la que Harry Styles invirtió el año pasado— decidió regresar a los orígenes británicos y presentar una colección que fuera una oda a la moda inglesa. 

Los abrigos de lona, las gabardinas y los estampados de cuadro tradicionales se hicieron presentes mientras en las bocinas el desfile se abría al sonido de “West End Girls” de Pet Shop Boys (¿qué hay más británico que eso? Nada.) Además, como es costumbre para el diseñador, algunos de sus diseños evocaron su sentido del humor: un cárdigan burdeos con un salero y especieros caricaturizados se roban los reflectores tanto como los estampados florales y las faldas abullonadas de gran tamaño. 

De esta forma, Daley nos regaló una colección pintoresca con orígenes fuertemente británicos que se dibujaban entre las influencias de los coloristsas escoseses Francis Cadell y John Duncan Fergusson y el papel tapiz vintage. Abriéndose paso en la escena de moda femenina con gran audacia. 

Por su parte, la London Fashion Week fue el escenario que Ashish, quien había desfilado en estas pasarelas por última vez en septiembre de 2023, eligió para su regreso. Mientras que Conner Ives escogió a Londres como el evento para su presentación de este año (una de las firmas independientes que han optado por realizar pasarelas de forma anual y no cada temporada). 

No obstante, aún con los cambios de último momento, esta fue la última semana de la moda organizada por Caroline Rush, quien se retira del cargo luego de 16 años al mando, pasando la batuta a Laura Wier, quien tomará el control a partir de abril de este año, por lo que podremos esperar cambios y un nuevo enfoque para la siguiente edición de la London Fashion Week.