Cada año distintas tendencias se posicionan en el mundo nupcial, a lo largo de los años hemos visto la transición del clásico pastel a barras de dulces o postres, se han dejado de lado los menús a tres tiempos: optando por estaciones culinarias, barras de gastronomía o hasta chef en mesa, recientemente veíamos torres de champaña (que, por cierto, ya no están tan en tendencia), vestidos de novia cortos y hasta la implementación de tattoo parties dentro de la recepción o como parte de la torna boda.
Recientemente, se ha hecho viral en redes sociales una nueva tendencia en la que las novias, el día de su boda cambian de look y no, no nos referimos al vestido.
La transición del vestido
Desde que el blanco se instituyó como el color por excelencia para las novias, éstas elegían su vestido soñado y no se lo cambiaban durante toda la fiesta. Dependiendo de la naturaleza del evento —por ejemplo, si se trataba solo de la firma de los papeles o bien era una celebración en grande—, podía ser algo más sencillo o algo mucho más sofisticado, sin importar la variedad de vestidos que existían y que podían elegir.
Sin embargo, con el paso de los años vimos la implementación de una nueva tendencia en la que las novias cambiaban de vestido en alguna parte importante de la fiesta, por ejemplo, al terminar la ceremonia y al comienzo de la recepción. Después de hacer su entrada triunfal, luego del primer baile. Era entonces cuando las novias desaparecían un rato para regresar a su fiesta con un vestido totalmente distinto.
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Este nuevo atuendo podía ser un poco más casual o más cómodo, se veían entonces, vestidos cortos, de telas más ligeras aunque sin perder el toque de elegancia de un vestido de novia. Incluso se veía que los vestidos contaban con faldas desmontables, manteniendo la esencia del primer atuendo pero con un look más sofisticado.
¿El nuevo reemplazo?
En los últimos meses se ha visto en redes sociales una tendencia mucho más arriesgada y atrevida que las novias están implementando el día de su vida. Y es que, en lugar de desaparecer para regresar con un nuevo vestido, al volver, llegan con un nuevo corte de cabello.
De esta forma, se atreven a comenzar un nuevo capítulo en su vida con un estilo completamente renovado, ya que no se trata de cambiar el peinado que traían, sino de hacer cambios en el largo, color o forma del cabello, regresando a la fiesta sofisticadas y luciendo fabulosas.
Esto suelen hacerlo como una sorpresa total. Pocas personas cuentan con esta información. Suelen ser aquellas que le ayudan a la novia con la logística de la boda. Tomando por sorpresa a los invitados, la familia y por supuesto, a su pareja.
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Debido a la novedad y el poco tiempo que se lleva haciendo este cambio no está muy claro el origen de este tendencia.
Se cree que una novia atrevida y con gran imaginación opto por cortarse el cabello y lo compartió en redes sociales. Después de ella, otras le siguieron el paso con la única intención de aportar algo nuevo, divertido y audaz.
¿Será que esta nueva tendencia permanecerá para quedarse como tradición o será olvidada en pocos años?