Paris fashion week

La Paris Fashion Week, siempre un faro de innovación y elegancia, se convirtió este año en el epicentro de transformaciones inolvidables, donde los debuts de diseñadores como Sarah Burton, Haider Ackermann y Julian Klausner marcaron un nuevo capítulo en la historia de la moda. Con una energía vibrante que solo París sabe ofrecer, las pasarelas se llenaron de propuestas audaces que rompieron moldes y desafiaron las convenciones, reafirmando una vez más el estatus de la ciudad como la capital indiscutida de la vanguardia creativa. En cada colección, se vivió la magia única de un evento que sigue siendo, temporada tras temporada, el escaparate de las tendencias más vanguardistas y los cambios más trascendentales de la moda mundial.

Sarah Burton – Givenchy 

Uno de los debuts más esperados de la Paris Fashion Week fue sin lugar a dudas el de Sarah Burton —quien fue la encargada de darle vida al vestido de novia de Kate Middelton— no solo porque no hay muchos nombres femeninos en la dirección creativa de las grandes maisons, sino por lo que implicaba que tomara las riendas de Givenchy luego de haber trabajado para Alexander McQueen por más de 25 años, en donde pasó de ser una pasante de moda a la mano derecha del propio McQueen y, luego de su fallecimiento en 2010, se convirtió en la directora creativa de la marca. 

Sarah ya había dado un adelanto de lo que podíamos esperar en su defile debut luego de que Elle Fanning y Timothée Chalamet desfilaran en la alfombra roja de los Óscars dos diseños firmados por Burton para Givenchy. Sabíamos que se acercaba a la reinvención de los clásicos de Hubert, lo que no imaginábamos es que lo haría tan bien como lo hizo. 

El desfile tuvo lugar en un “lienzo en blanco” nada más y nada menos que en el número 3 de la Avenue George V, la histórica sede de la casa de moda desde 1955. En donde abrió con un top de rejilla negra con la leyenda “Givenchy Paris 1952”. La colección se desfiló en tonos neutros y pasteles, de los que destacaron el amarillo, dándole un toque vibrante a los diseños. Reinventó clásicos como la blusa Bettina, los vestidos de encaje Chantilly, los lazos —que se convirtieron en elementos maxi ciñiendo la silueta de las modelos— y reflejando que tiene lo necesario para darle vida a la casa de moda fundada por Hubert. 

Por si su declaración de la nueva silueta Givenchy no fuera poco, Burton apostó por modelos de diferentes tallas sobre la pasarela (algo que no es tan común en la Paris Fashion Week), las prendas con joyería y hasta con polveras de maquillaje. Definitivamente un gran acierto por parte de Sarah Burton en este debut para la casa francesa y de la que esperamos ver más colecciones próximamente. 

Haider Ackerman – Tom Ford

Fue el propio Tom Ford quien le pidió a Ackerman que tomara las riendas de la dirección creativa de la marca. Un anuncio que fue ampliamente celebrado por la industria y que generó muchas expectativas, por decir lo menos. No es casualidad que Haider (considerado uno de los mejores vestidos del mundo de la moda) sea el favorito de la industria y de algunas de las grandes estrellas como Tilda Swinton y Timothée Chalamet, tampoco es casualidad que él fuera el elegido para el renacer de Tom Ford. El objetivo era claro: reinventar su esencia y ponerse en el centro de los reflectores. Lo que logró en demasía. 

El debut de Ackerman, además, marcó el primer desfile mixto de Tom Ford y qué mejor escenario que las pasarelas de París. La presentación se dio cita en el Place de Vendôme, que fue reimaginado casi como si se tratara de un club nocturno: con paredes negras goteadas, sillones grises acomodados estratégicamente y espejos humeados. Creando la atmósfera perfecta para el desfile que estaba por delante.

Con la colección, Ackerman demostró que no hay necesidad de caer en pretensiones y mucho menos en maximalismos. La esencia de Tom Ford estuvo presente en cada uno de los diseños que gritaban sensualidad y presición. Aquí no hubo parafernalia ni elementos extras que desviaran la atención de lo que realmente importaba: las estructuras, los materiales etereos y las siluetas perfectamente delineadas. 

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Los colores se mezclaban con los trazos milimétricos que caían sobre los cuerpos de los modelos a la perfección. La seda, el satín, las transparencias y la piel se fusionaron en una colección en la que brillaron los clásicos trajes, los vestidos con escotes llamativos y las chaquetas tuxedo, dejando claro que Tom Ford renació y tomó un nuevo rumbo. En definitiva, esa será una noche histórica para Haider Ackerman. 

Julian Klausner — Dries Van Noten 

Luego de 30 años, Dries Van Noten se retiró de la dirección de su marca homónima, dejando una gran interrogante sobre quién llenaría los zapatos de unos de los “Seis de Amberes”; aquel grupo de diseñadores belgas que revolucionaron la moda en los 80s luego de tomar su ropa, ponerla en una van y viajar hasta Londres para presentar —en el último piso de un edificio— su colección. Una que tardó tres días en destacar (puesto que las grandes marcas desfilaban en el primer piso y los compradores no llegaban al final), pero que pronto dejó huella en la historia de la moda contemporánea y que puso en el mapa la moda belga como un referente de innovación y revolución. 

Fue en diciembre del año pasado cuando Van Noten anunció que su sucesor sería nada más y nada menos que Julian Klausner, un diseñador belga de 33 años que se ha abierto paso en la industria de la moda y que ha trabajado para las colecciones femeninas de la casa desde 2018. La Paris Fashion Week fue el escenario de su debut. 

Dries Van Noten en la primera fila, como una señal del respaldo de lo que estaba por ser presenciado. El lugar levantándose imponente, alejado de la estética de otros desfiles de la casa de moda, en donde predominaban las estructuras industriales y el hormingón, en esta ocasión fue la Opéra Garnier el recinto para el desfile, uno que se mezclaba a la perfección con las texturas y los colores de cada una de las prendas que formaron parte de la colección. 

Si bien hubo ecos de colecciones pasada, Klausner dejó claro que el futuro no se mezcla con el pasado y que la marca está lista para tomar un nuevo rumbo sin mirar atrás. Las texturas y patrones cargados —un sello de Dries Van Noten— se mantuvieron presentes en boleros, abrigos con detalles de tapicería que eran un guiño a la narrativa y la estética de las óperas en que se inspiró la colección. Los trajes de seda y los vestidos estampados caían con gracia sobre los cuerpos, delineando las siluetas y agregando dinamismo a la visión que presentó Julian para el nuevo rumbo de la marca. Para algunos, una colección que pudo estar un tanto sobrecargada, pero en realidad, cada prenda, cada textura y volado era una declaración de la intensidad y seguridad con la que camina Julian Klausner en este nuevo camino al mando de Dries Van Noten.