Centro

El Centro Histórico de la Ciudad de México no solo guarda siglos de historia entre sus calles empedradas y fachadas coloniales. También es escenario de algunos de los rooftops más vibrantes de la ciudad: lugares donde la vista se convierte en maridaje perfecto de cocteles bien pensados, platillos con carácter y un ambiente que oscila entre lo cosmopolita y lo íntimo.

Aquí tres terrazas que no pueden faltar en tu lista:

Faunna

Un rooftop que sorprende con su propuesta fresca y contemporánea. Faunna se siente como un respiro urbano: entre vegetación, cocteles coloridos y un menú pensado para compartir, logra ese balance entre relajado y chic. Ideal para dejarse llevar por la tarde mientras el sol pinta de dorado las cúpulas del Centro. 

Ubicado en la cima del Edificio 104, su vista espectacular desde la que podrás ver El Palacio de Bellas Artes, la Torre Latinoamericana y el Hotel Barceló —y su carta de mixología te sorprenderán, si vas, no puedes dejar de probar sus tacos de pastor negro o los famosos ostiones Faunna.

El Balcón del Zócalo

Clásico y, al mismo tiempo, siempre renovado. Su ubicación lo dice todo: una de las mejores vistas directas hacia la plancha del Zócalo, acompañada de una cocina mexicana de autor que sorprende en cada bocado. Aquí la experiencia va más allá de la panorámica: es un viaje gastronómico que resignifica lo tradicional con un guiño contemporáneo. Perfecto para una cena especial o una velada en la que quieres que todo sea inolvidable. 

Si quieres vivir una experiencia diferentes, podrás disfrutar de un de su menú degustación de 9 tiempos que cambia con cada temporada, por lo que siempre serán platillos distintos que despierten tus sentidos. Además, podrás decidir entre disfrutarlo con o sin maridaje. 

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Terra Alta by Ojo de Agua

En lo alto del hotel Umbral, Terra Alta Rooftop by Ojo de Agua redefine la idea de comer en el Centro Histórico. Su propuesta equilibra la frescura característica de Ojo de Agua con una mirada más sofisticada hacia la cocina mexicana: ingredientes locales, técnicas pulidas y una presentación que entra primero por los ojos. La coctelería, con clásicos ejecutados con maestría —desde una margarita que sabe a celebración hasta una paloma que refresca sin esfuerzo—, se convierte en el complemento ideal de un espacio pensado para contemplar la ciudad sin prisa. Terra Alta es ese punto donde lo saludable y lo gourmet conviven con naturalidad, enmarcados por una de las vistas más privilegiadas de la capital.