En el corazón palpitante de la Ciudad de México existen puertas que no se abren con llaves comunes. Todas esconden más que cocteles: resguardan atmósferas suspendidas en el tiempo, susurros de alquimia líquida y una promesa tácita de que la noche aún guarda secretos.
Estos son cinco bares speakeasy que no solo debes conocer, sino experimentar como quien atraviesa un umbral invisible hacia otro mundo.
Handshake Speakeasy
Este bar, que fue reconocido como el mejor del mundo (en octubre de 2024) por The World’s 50 Best Bars, te recibe entre lujosas cortinas de terciopelo, abriendo un portal a una dimensión elegante inspirada en los años 20s y en donde cada bebida se sirve como una obra de arte, con ingredientes de la más alta calidad y técnicas que rozan lo alquímico.
En el corazón del lugar se esconde un laboratorio donde el equipo, liderado por el célebre Eric Van Beek, experimenta sabores y texturas aún por descubrir. Entre sus imperdibles están el Fig Martini, la primera creación de Van Beek; y el Di Battista, un amargo artesanal que rinde homenaje a uno de sus copropietarios.
Xaman Bar
Entre luz tenue y paredes que parecen respirar con la selva, Xaman es un bar chamánico inspirado en el México Prehispánico, pero prepárate para vivir una experiencia única y con tintes de modernidad. El sonido tribal y las fórmulas herbales invitan a un trance urbano. Aquí no hay prisa: cada bebida está imbuida con ingredientes botánicos que despiertan memorias antiguas. Sándalo, cardamomo, mezcal profundo, convirtiéndolo en un viaje místico en plena ciudad. Un imperdible de la Ciudad de México y en donde no te puedes ir sin pedir el trago homónimo.
Hanky Panky
Ubicado tras una facha que grita cotidianidad, Hanky Panky exige fe ciega. No hay letrero. Solo la certeza de que detrás de esa puerta, el tiempo se detendrá y vivirás una experiencia única. Inspirado en el glamur de la coctelería clásica, cada trago es una historia de época, un guiño a la elegancia perdida. En este speakeasy el ambiente íntimo, casi clandestino, lo convierte en el sitio ideal para quienes prefieren el misterio.
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Casa Franca
Casa Franca es un escondite sonoro y elegante que rinde tributo a la era dorada del jazz. Más que un bar, es un punto de encuentro para melómanos, bohemios modernos y amantes de la coctelería bien ejecutada. Su ambiente es acogedor y sofisticado, con toques vintage que te trasladan a otro tiempo.
La música en vivo es el corazón del lugar: cada noche, diferentes bandas y músicos independientes transforman el espacio en una experiencia sensorial. Puedes disfrutar desde clásicos del swing hasta fusiones contemporáneas, todo acompañado de una carta de cocteles sobria y bien balanceada, con especial atención a destilados premium y preparaciones clásicas. Aquí no hay prisa: la conversación fluye, el hielo se derrite lento y el tiempo parece pausarse con cada acorde.
Ley Zanahoria
Ubicado en el corazón de Polanco, Ley Zanahoria se revela solo a quienes saben observar. Detrás de la fachada de un restaurante en Alejandro Dumas, basta con alzar la vista y seguir al conejo blanco para encontrar la entrada a esta madriguera vibrante con buena música, iluminación tenue y una carta de cócteles originales que juegan con ingredientes poco convencionales y sabores memorables.
Ley Zanahoria no pretende ser pretencioso: su magia está en los detalles, en lo inesperado y en la energía contagiosa de quienes lo habitan. Si buscas una noche divertida, con cocteles bien hechos y una vibra única, esta madriguera puede convertirse en tu lugar secreto favorito.